Zepelín de Alumnas Socialmente Cabreadas y Asqueadas



miércoles, 22 de diciembre de 2010

Piratas y sacos de billetes

Como la tarde en el Olimpo prometía poco, decidí acompañar a mi progenitor a un concierto, bastante exclusivo pese a ser gratuito (por su emplazamiento, su ambiente, la zona donde se celebraba, etc, no vamos a hacer publicidad innecesaria y no remunerada) de un trío de jazz latino que interpretaba obras de Chopin y que, entre otras cosas, tenía la función de promoción-difusión del disco donde se recogían dichas versiones de Chopin.

Hasta ahí todo normal, eran bastante buenos, un concierto entretenido, un rollo muy familiar-colegueo-aquinosconocemostodos que me hacían sentir de vez en cuando como si me hubiera colado en la fiesta equivocada; pero en general nada especialmente sorprendente.

Quizá lo más sorprendente fue el colofón de la velada, con un hombrecillo barbudo con unas gafas curiosas y con pinta de saber bastante del tema diciendo que “hoy es un día muy triste para la cultura”, porque “el Gobierno ha apoyado a los piratas” y un discursito sobre el hecho de que no se haya aprobado hoy la famosa Ley Sinde.

Sin saber donde meterme, me di la vuelta intentado disimular mi media sonrisa que estaba evolucionando a sonrisa entera, buscando una mirada cómplice frente a la expresión inquisidora del orador. Sólo pude refugiarme en un triste ficus, arrinconado detrás de una mesa, que parecía que me sonreía con sus hojitas plastificadas. Que cuqui.

Más tarde, me enteré de que el barbudo parlanchín en realidad era el productor de Celia Cruz, del disco de Miliki (payasadas aparte) y el compositor de la sintonía de la serie David el Gnomo. En conclusión, era uno de los muchos chupasangres que a cambio de poner la pasta y tener buenos amigos, se llevan gran parte de los beneficios que deberían ir destinados a los artistas y son los máximos responsables del encarecimiento de la música. Por consiguiente son los únicos que se quejan de la piratería, porque su sistema de “pongo 10 y me llevo 100” flaquea bastante si la gente se descarga música.

Patalean los de siempre, porque quieren tener más; la avaricia rompe el saco, diría alguna abuela con un léxico más tradicional y menos explícito. Y me parece indignante que este sistema de intermediarios en la cultura no pueda caer porque a quien parte el bacalao no le interesa que nadie deje de ganar dinero, aunque sea a costa de la gente de a pie que se gasta su dinero, porque a la cultura no se puede renunciar. Y da que pensar que llamen "piratería" a la difusión de CULTURA por internet y al enriquecimiento tan ingente y vergonzoso lo llamen "producción" (o discográficas, o política, o banca, o pensión vitalicia....)

Por cierto, ninguno de los artistas mencionó el tema de la piratería, solo el productor. ¿No hace pensar?

Saludos desde el Olimpo

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