David Shayne: Tengo que hacerte una pregunta
Ellen: ¿Cuál?
David Shayne: ¿Me querías como artista o como hombre?
Ellen: Las dos cosas
David Shayne: Pero, ¿y si resulta que no era un verdadero artista?
Ellen: Podría querer a un hombre que no fuera un verdadero artista, pero no podría querer a un artista si no fuera un verdadero hombre.
Sheldon Flender: Pero todo esto es muy teórico, ahora está conmigo
David Shayne: ¿Tu quieres estar con Flender? Realmente quieres estar con Flender?
Sheldon Flender: Si
Ellen: Flender es un gran amante
Rita: Oye, yo me acosté con Flender y era del montón
Ellen: ¿En serio?
Sheldon Flender: Rita, por favor, pero ¿qué estás diciendo?, eso fue hace años durante tu época de amor libre.
Ellen: Creo que es coyuntural, para mi es fantástico
Rita: oh, qué interesante, ¿hablas de pura mecánica o qué?
Ellen: Su técnica es prodigiosa
Sheldon Flender: Prodigiosa
David Shayne: Y tú confundes sexo y amor
Rita: No, para mí el amor es muy profundo. El sexo solo tiene que alcanzar unos centímetros
Sheldon Flender: Os estáis apartando de la cuestión. El hecho es que puedo dar placer muchas veces al día
Rita: Pero bueno, Flender, ¿Qué tiene que ver la cantidad?
Sheldon Flender: ¿La cantidad? La cantidad influye en la calidad
David Shayne: ¿Quién lo dice?
Sheldon Flender: Karl Marx
Rita: ¿Así que ahora hablamos de economía?
Sheldon Flender: El sexo es economía
David Shayne: Chorradas