Zepelín de Alumnas Socialmente Cabreadas y Asqueadas



sábado, 1 de octubre de 2011

The beast of two backs

Cito al Maestro para titular este post. Lo primero, siento no haberlo traducido, pero mataría absolutamente la poesía del concepto. Para quien no conozca su significado, basta con echarle un poco de imaginación, o en su defecto seguir leyendo.

Desde el primer momento que descubrí este término de Shakespeare (el genio absoluto de combinar lo tierno y lo obsceno), quedé atrapada por su fuerza, brutal y absolutamente humana. Me repelía y me atraía al mismo tiempo, me asqueaba, me hacía reír y me horrorizaba. ¿Conocéis el vídeo introductorio de True Blood? Pues es una sensación parecida. Es una metáfora tan sobrecogedoramente realista, tan cercana, que posee una belleza casi dolorosa. Dolorosa por el recuerdo. Porque aquí tanto en la forma como en el contenido, el dolor y el placer se mezclan confusamente. Es como una metáfora misma de la vida.

¿Hay alguna forma menos "romántica" de llamarlo? Esa es la gracia. Llamar las cosas por su nombre, pero con un toque de humor macabro y elegancia picante. Si os parece que mata la magia (si es que todavía creéis en la magia), os diré que hay formas mucho más brutales de decirlo. Como tal, recuerdo en Una mente maravillosa, cuando el protagonista asocial está flirteando con una tía en un bar: "¿Te parece si nos saltamos los preliminares y pasamos directamente al intercambio de fluidos?" No entiendo por qué la dama le derramó la copa encima y se largó con aires de ofendida. ¡Qué hipocresía tan grande!

Y esto me lleva a pensar que parece que para llegar a la culminación de una relación humana, es decir, The beast of two backs, hay que pasar, ordenadamente y sin rechistar, por una serie de pasos perfectamente clasificados y que todo el mundo parece conocer. Es como en una historia de ficción: introducción, desarrollo y desenlace (¿quién copia a quién?). Y no me refiero a la diferencia entre una relación de 5 años y una de una noche; las dos siguen los mismos parámetros: de menos aproximación a más, de menos confianza a más.

¿Pero qué ocurre si te saltas las reglas? ¿Y por qué? ¿Eres anormal o qué te pasa? ¿Qué vas, de rebelde por la vida? ¿Faltaste a clase el día que se enseñaron los Diez Mandamientos de la Relaciones Humanas? ¿Acaso no ves que es por tu bien? ¿Que es mejor ir poco a poco para no atragantarse, para no tropezarse y hacerse daño? ¿Acaso quieres darte un atracón de sushi sin haberlo probado nunca? ¿Que pasa si desarrollas alergia? ¿O si lo tuyo es el maki?

Demasiado tarde. El sushi ya te salía por las orejas cuando te estaba diciendo esto. Y ya no puedes vivir sin comer sushi. Pero ya no sabes cómo: ¿con palillos? ¿con salsa agridulce? ¿haciendo el pino puente y una mano atada a la espalda...? ¿Esto cómo se come?

Fotografía de Antoine d'Agata

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