Zepelín de Alumnas Socialmente Cabreadas y Asqueadas



jueves, 26 de mayo de 2011

¿Y tú por qué estás aquí?

Yo estaba muy relajado en mi esquina, nadie me cuestionaba nada hasta que llegó un tocapelotas que me dio conversación y en una de éstas, cuando ya había logrado que le prestara verdadera atención, me preguntó por qué estaba ahí.

Le contesté convencido de que lo que decía tenía algún tipo de sentido. Primero se medio rió de mí, pensando que no podía estar hablando en serio. Dubitativo, le confirmé que sí. Él se decepcionó. Pensaba que yo tenía más cojones, que si estaba en esa esquina es porque de verdad lo quería, no porque fuera lo que se esperaba de mí.

Se fue, dejándome en la mierda. Me hizo pensar. Ya nunca más estuve convencido de verdaderamente querer estar en esa esquina, pero lo cierto es que no encontré una esquina en la que me apeteciera estar más que en aquella que había conocido toda la vida. Seguí sintiéndome despreciable. Ahora vago sin rumbo, esperando encontrar por fin un rincón en el que acurrucarme en soledad esperando que me dejen todos en paz.

Maldito bendito tocapelotas, me hiciste plantearme qué tipo de vida quería llevar. Estaba muy bien bajo las órdenes de los demás. Nunca tuve que plantearme nada, que decantarme por nada, que decidir nada, y vivía en tranquilidad desviviéndome por hacer bien el trabajo encomendado sin más deseos que obtener de este modo el reconocimiento de los demás.

Definitivamente, no vuelvo a escuchar a nadie.









Esto va por todas las crisis que todos pasamos pensando qué coño hacemos aquí.

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