Zepelín de Alumnas Socialmente Cabreadas y Asqueadas



miércoles, 8 de febrero de 2012

Siempre nos quedará Twitter

La situación se nos escapa de las manos, señores. Nuestra generación tiene un problema que se va agravando de manera exponencial, como una bola de nieve. Esto ya no hay quien lo pare. Me refiero al asunto de internet y las relaciones interpersonales.

El primer paso para solucionar un problema es reconocerlo: internet ha sustituido al contacto humano. Así que, ¿por qué sigue habiendo gente que se empeña en verse cara a cara? ¿Qué es lo que pretenden? Hay personas que, por alguna inexplicable razón, quedan para verse, en persona, in situ, in fraganti. Es una abominación. Y no me refiero a gente que viva en países o continentes diferentes, no, ojalá. La cosa es mucho más seria. Hay pruebas irrefutables de que se han visto a varias personas que viven en el mismo barrio quedando. La sola palabra, quedar, debería provocar náuseas. Solo la semana pasada, se supo, gracias a la investigación policial de París pinchando conversaciones telefónicas y hackeando cuentas, que la increíble cifra de 12 personas quedaron para verse en la capital de Francia.

¿Qué hemos hecho mal? ¿Cuál ha sido, exactamente, nuestro error? ¿Es un problema de publicidad, de falta de difusión? ¿Por qué esas pobres personas siguen ignorando la realidad? Debemos ser conscientes de que actualmente, a nuestro alrededor, aún hay personas que quedan: se envían un mensaje al móvil (pagan por hacerlo), luego se llaman (aún más caro), y terminan saliendo al frío hostil y aturullante de la calle. Se arrancan de sus cómodas sillas ergonómicas y se arrojan al exterior, chocándose con la masa anónima, gris y enloquecida que se atropella recíproca y gustosamente en la calle, creo yo, que buscando en el repugnante calor humano, añorantes, el calor racional y ergonómico de sus sillas de despacho.

Afortunadamente el frío del invierno restaura el orden lógico de las cosas. Pero en cuanto empiece la primavera, la locura de salir al exterior y quedar revivirá con la fuerza enloquecida de las hormonas. La bioquímica del sexo nos priva del sentido de la razón y nos hace olvidar de la existencia del ciber-sexo, Match.com, Meetic.com y Parship.com, solo sustituibles en el hipotético caso de tener la intención de reproducirse (en cuyo caso es necesario salir al exterior para acudir al ginecólogo y poder realizar la fecundación in vitro).

Y no solo los individuos tenemos que asumir esta realidad. Todas las tiendas son innecesarias (puedes comprar online incluso la comida). Todas las empresas telefónicas, por ejemplo, deberían cerrar (¿por qué pagar para hablar?) Las salas de cine solo deberían admitir a las personas normales, la que van solas, y denegar la entrada categóricamente a aquellas parejas aberrantes o pequeños grupos de amigos atontados que se empeñan en seguir emponzoñando la industria del cine. Deberían incluso marcarles con un sello en la frente o un brazalete; que se avergüencen de lo que hacen y reflexionen. Pero ni siquiera el cine ya es necesario; el derrumbamiento del imperio Megaupload no cambia nada.

Podría decirse que Facebook ha ganado a Starbucks, pero afortunadamente, esta angelical cadena de cafeterías ha sabido ser coherente con la realidad presente. Felizmente, ya apenas se ven degenerados que necesitan compañía; casi hemos conseguido que solo acudan a las cafeterías estudiantes con apuntes y auriculares, y escritores con pequeños portátiles.

Le debemos a la medicina, la informática y la robótica, el feliz hecho de no necesitar en ningún caso el incómodo, antihigiénico y problemático contacto humano. Sal tan solo de tu casa para ir a clase, pero evita todo contacto verbal, visual, auditivo, olfativo, y sobre todo táctil. Dedícate a estudiar, para aspirar algún día a tener un trabajo decente (que podrás desempeñar desde tu silla ergonómica). Y antes de irte a dormir, podrás hablar con todos tus amigos, tu familia (aunque viva bajo tu mismo techo) y tu pareja: Facebook, Tuenti, Twitter, Skype, Whatsapp, Tumblr, Google+, Windows Messenger, etc. Un amplio y precioso abanico donde elegir, con mensajería instantánea, webcam, llamadas y video-llamadas. Disfrútalos y aléjate de la tentación.

En caso de que no entres en razón y todo esto no te sea suficiente, ve al psicólogo (disponible vía Skype).

No hay comentarios:

Publicar un comentario