Zepelín de Alumnas Socialmente Cabreadas y Asqueadas
sábado, 17 de diciembre de 2011
Reflexión abierta a comentarios
Cuando odias a alguien, pasa el tiempo y lo sigues odiando, pasa más tiempo y lo sigues odiando, pasa aún más tiempo y todavía lo odias, y no sabes si con la misma intensidad o incluso más que el primer día, ¿qué debes decir:
que el tiempo no perdona,
o que YO no te perdono?
La única solución, en cualquiera de los dos casos, es destruir a esa persona.
O perdonarla, si eres de esa gran gente de corazón cristiano que es capaz de hacerlo.
Es fácil pensar "¡qué monstruo! ¡el perdón es lo único que nos diferencia de las bestias!" Pero siendo realistas y honestos con nosotros mismos, pensamos en "esa persona" y decimos, "mierda, yo también soy incapaz de perdonar".
Es fácil pensar "¡qué monstruo! ¡el perdón es lo único que nos diferencia de las bestias!" Pero siendo realistas y honestos con nosotros mismos, pensamos en "esa persona" y decimos, "mierda, yo también soy incapaz de perdonar".
ResponderEliminar